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«Masegoso vivo» quiere ser un homenaje de la Asociación Cultural de Amigos de Masegoso a quienes a lo largo de los siglos han desarrollado sus vidas en las casas, calles, campos y montes de Masegoso de Tajuña (el Masegoso rural, el tradicional, el de la memoria y el de hoy mismo), y a todos sus descendientes que ahora mantienen con orgullo su legado.
También quiere convertirse «Masegoso vivo» en un muestrario de lo que caracteriza a este pequeño pueblo alcarreño y recoger y difundir su historia y su patrimonio histórico, su entorno natural, los hechos más relevantes de sus pobladores y las peculiaridades en su forma de hablar y vivir, con un recorrido por el Museo del Pastor y del Labrador, las actividades culturales y la revista que promueve la Asociación y las varias galerías de imágenes que son buen testimonio de todo ello, entre otros datos que sirven para asomarse a este rincón de la Alcarria y animarse a visitarlo. El mapa del sitio permite acceder fácilmente a toda esa información.
Los siguientes folletos descargables, diseñados por Carlos Saiz, sirven como resumen de este sitio web y como llamada a la visita a Masegoso:
En plena comarca de la Alcarria Alta, Masegoso de Tajuña es un municipio de la provincia de Guadalajara, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. En el pasado formó parte del extinto partido judicial de Brihuega; en la actualidad, se incluye en el de Guadalajara. A partir del Real Decreto del 27 de junio de 1916 que reformó la nomenclatura municipal española, Masegoso agregó a su nombre el «de Tajuña», en alusión al río que atraviesa de este a oeste su territorio, para distinguirlo de otros pueblos de idéntico o parecido nombre que existen o existieron en las provincias de Soria, Teruel, Albacete y Cuenca. Situado a una altitud de 897 m sobre el nivel del mar, su término tiene una superficie de 17,39 km2. Su población históricamente oscilaba entre los 250 y los poco más de 300 habitantes y en esos márgenes se mantuvo más o menos, con algún breve altibajo, desde los primeros registros regularizados del siglo xviii hasta mediados del xx, momento en el que, al igual que en muchos pueblos de sus alrededores, debido al éxodo rural hacia las ciudades entró en un declive progresivo: hoy cuenta con 57 habitantes (censo de 2017), lo que resulta en una densidad de 3,85 hab./km2. La evolución demográfica de Masegoso, por años y número de habitantes, se refleja en la siguiente tabla (fuente: Instituto Nacional de Estadística):
1751 | 1787 | 1829 | 1857 | 1859 | 1860 | 1877 | 1887 | 1897 | 1900 | 1910 | 1920 |
167 | 182 | 293 | 302 | 302 | 289 | 297 | 304 | 333 | 325 | 321 | 262 |
1930 | 1940 | 1950 | 1960 | 1970 | 1991 | 1996 | 2001 | 2004 | 2013 | 2015 | 2017 |
282 | 241 | 292 | 257 | 145 | 119 | 105 | 96 | 97 | 80 | 59 | 57 |
En lo que se refiere a su adscripción eclesiástica, Masegoso pertenece a la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Sus patronos son San Martín de Tours (a quien se dedica la iglesia parroquial) y San Bernabé, cuyas festividades caen el 11 de noviembre y el 11 de junio, respectivamente, aunque las fiestas patronales en Masegoso se celebran a mediados del mes de agosto. Otras festividades dignas de mención son la Semana Santa, San Isidro y la bendición de los campos y el día del Corpus Christi.
Para describir someramente Masegoso, todavía son fieles a la realidad en buena parte las palabras que escribió el cronista alcarreño Antonio Pareja Serrada en 1916:
Villa con Ayuntamiento a 20 kilómetros de Brihuega [...] Está situada en terreno llano, de muy buena calidad, a las orillas del Tajuña y metida entre dos colinas. Su clima es frío, aunque saludable [...] Su producción consiste en buen trigo, aunque no en gran abundancia, avena, cebada, centeno, yeros, legumbres, hortalizas y poca fruta; cría ganado lanar del país y cabrío. Las riberas del Tajuña, llenas de frondosa vegetación, ofrecen un soberbio aspecto al que contribuye ver su anchurosa vega [...] La iglesia parroquial está dedicada a San Martín, es curato de primer ascenso, perteneciente a la diócesis de Sigüenza, arciprestazgo de Cifuentes...
(Pareja Serrada, Antonio: Brihuega y su partido,
Taller Tipográfico de la Casa de Expósitos, Guadalajara, 1916, p. 526).
En cuanto a su devenir histórico, Masegoso estuvo en la Edad Media entre los lugares que constituyeron la Comunidad de Villa y Tierra de Atienza, del siglo xi al primer tercio del xv. En 1434 la reina María de Aragón, consorte del rey Juan II de Castilla, donó el pueblo y otros veintisiete lugares a su aya, María de Castilla, como dote para su matrimonio con el camarero del rey, Gómez Carrillo de Acuña. El hijo de María y Gómez, Alonso de Carrillo de Acuña, vendió Masegoso en 1468 al caballero García Rodríguez Gallego de Rivadeneira, primero de ese nombre, que se convirtió así en tercer señor de Masegoso.
Los Rivadeneira retuvieron el señorío del pueblo y su término en su mayorazgo hasta mediados del siglo xvii. De dicho periodo merece mencionarse la obra pía que fundó en 1602 la entonces señora de Masegoso, doña Petronila Rodríguez Rivadeneira, con el fin de contribuir con una dote para las muchachas del pueblo que se casaran y que se entregó por última vez en el año 1957.
A través de sucesivas alianzas matrimoniales y con alguna disputa judicial por el mayorazgo y señorío, éste recayó con el tiempo en los linajes de Torres, Cortés y Pardo de la Casta, Moscoso y Córdoba, Portocarrero y Prado, Medrano y Garcés de Marcilla, hasta la abolición del régimen señorial en la década de 1830. Los señores de la villa habían dejado de residir en ella con regularidad mucho antes y el que fue su palacio por desgracia ya estaba en ruinas en el siglo xviii, tal como se apunta en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1751. De él no queda ningún resto.
Durante la Guerra Civil de 1936-1939 los habitantes de Masegoso fueron evacuados y la mayor parte de sus tesoros históricos y artísticos se perdieron: el pueblo quedó arrasado y apenas se conservan vestigios de las construcciones originales. Tras la contienda, los masegosanos regresaron a un pueblo en ruinas, pero la Dirección General de Regiones Devastadas procedió a reconstruir la villa, de nueva planta, sobre el mismo solar.
Cercana a Madrid y próxima a lugares de reconocida enjundia histórica como Cifuentes, Brihuega, Sigüenza y Atienza, Masegoso hoy es una localidad tranquila, dedicada como siempre a la agricultura y la ganadería ovina, con un entorno digno de más de una visita y con unos cuantos secretos que sorprenderán agradablemente a quienes se acerquen a ella en busca de historia, cultura y tradiciones populares, sosiego, naturaleza y buena gastronomía.
De esas sencillas virtudes de Masegoso han dejado constancia escrita viajeros de todas las épocas, entre ellos, algunos autores de la Ilustración —el abate Antonio Ponz y José Cornide la visitaron en 1770 y 1795, respectivamente— y el premio Nobel Camilo José Cela, que lo mencionó en sus conocidos Viaje a la Alcarria (1948) y Nuevo Viaje a la Alcarria (1986):
Masegoso de Tajuña está en un cruce de carreteras, hacia el norte se vuelve a la N-II, que fue la que trajo al viajero desde Madrid hasta que la abandonó en Torija, y hacia el sur se va a Cifuentes y al Tajo. A Masegoso le dieron dos pasadas durante la guerra civil, una al pelo y otra a la contra, y lo dejaron como la palma de la mano, lo plancharon y lo tuvo que reconstruir la dirección general de Regiones Devastadas. Ahora en el pueblo hay una calle que se llama de Regiones Devastadas, la gratitud siempre fue una virtud plausible; otra calle lleva el nombre de Doña Petronila Rivadeneyra, dama prócer que dotaba a las novias decentes y sin bienes de fortuna, esto es, a las novias pobres pero honradas. Masegoso es caserío de nueva planta, con más higiene que carácter y tantos recuerdos idos como cementos puestos; a la vieja iglesia y a la picota las barrió la desbocada ventolina de la guerra, que no dejó títere con cabeza por todo el contorno. A los de Masegoso les dicen renacuajos puede que porque tienen agua abundante, la que baja de la serrezuela del Megorrón o se duerme en el charco de la Tejera. El vino y el chorizo del bar Las Vegas, que está en el mismo cruce, son de buena calidad; el amo es carnicero y conoce el oficio. También es sabroso y digno de loa el conejo al ajillo.
(Cela, Camilo José: Nuevo viaje a La Alcarria, capítulo VI, 1986).
Hoy es
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